El progreso en materia eléctrica llega a Tornquist en 1923, año en que se termina el uso permanente de las lámparas a kerosén, con su recordada luz amarillenta. Por primera vez los carnavales son festejados con iluminación eléctrica generada en la propia localidad.

Pasan los años y surgen los problemas. Se deteriora la maquinaria de la Usina y no abunda el dinero para mejorarla debido a las bajas recaudaciones por consumo.

A fines de 1957 se rompe, sin posibilidad de reparación, un grupo generador de la Usina Eléctrica Municipal. Esto crea un clima de gran inquietud, pues la planta quedaba reducida a sólo dos motores con 200hp. de potencia total, y en no muy buenas condiciones de rendimiento.

Durante un largo lapso de tiempo, fundamentalmente de 12 a 17 horas, Tornquist quedaba diariamente sin luz.

Así comienza a surgir un movimiento vecinal que se concientiza del problema, avisorando la solución mediante la formación de una Cooperativa Eléctrica. A su vez, el señor Comisionado Municipal Ing. Adolfo Kugler, movido por la misma inquietud, resuelve convocar a una reunión de vecinos para interiorizarlos de la solución precaria por la que atraviesa la Usina Municipal y cuáles son las posibilidades futuras.

Dicha reunión se concentra el 10 de febrero de 1958, en el Salón Blanco de la Municipalidad. Tras el informe del Ing. Kugler, y vista la imposibilidad de obtener créditos o de alquilar equipos, se resuelve fundar una Cooperativa Eléctrica, considerando que es el mejor medio para encarar este asunto.

Allí mismo los vecinos se constituyen en Asamblea, nombrándose presidente de la misma al Sr. Emilio Alonso, y secretario al Sr. Roberto Sorbet. Resuelta la inquietud de que una vez desarrollado el trámite se podrá obtener el traspaso de los bienes de la Usina Municipal a la futura Cooperativa mediante el pago de acciones, se elige una Comisión Provisoria para organizar la Cooperativa.